La diferenciación que se hace entre Ser Indígena y ser otra persona, para nosotros es preciosa, porque en la actualidad, la entendemos y la defendemos y da lo mismo si somos mas puros o mas mestizos, lo que importa es el objetivo de nuestra interminable guerra por defender nuestros derechos, y recuperar los bienes que nos han robado: territorio, cultura, derecho consuetudinario.
Nuestra guerra ha sido para los chilenos, como una espinilla de la que no pueden deshacerse. Algunos - los paternalistas- la cubren, la maquillan, la disfrazan; otros han hecho lo imposible por extirparla y como no han podido, la odian y la niegan aun sabiendo que está en sus genes.
Sin embargo, para nosotros es necesario resaltar nuestra condición de ciudadanos de otra categoría o sea, los que hemos sido postergados de los derechos que deberían tener todas las personas comenzando por el derecho a ser diferentes.
En el mundo Indígena, Ser un artista o creador, o productor de Arte – como quiera llamársele – tener el don de transformar la materia y los elementos, ser dueño de la palabra y del canto es una condición que sitúa a los individuos, en un rango importante y respetable dentro de la Comunidad. Es un valor al interior de nuestra sociedad.
Ser un “Indígena” en la ciudad, pero además “Artista”nos obliga a asumir mayores responsabilidades. Tenemos la misión de recordar al mundo que existimos como Pueblo, para ello, vamos trazando la memoria que hemos heredado. Cada uno a su manera. Unos, como entes trasmisores de conocimientos, otros, como voces de denuncia. Pero todos como sustancia aglutinadora. Todos somos mapuche: mestizos o chilenos mapuchizados en el caso de los cónyuges de mapuche.
Todos bajo una misma premisa. Lograr justicia para nuestro pueblo!
Lorena Lemunguier “Lemungürü”
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